Un arma química es una sustancia química que se utiliza para causar intencionalmente daños o la muerte por medio de sus propiedades tóxicas. Dentro de la definición de arma química también se incluyen aquellas municiones, dispositivos y otros equipos diseñados específicamente para convertir en arma las sustancias químicas tóxicas.
El concepto habitual de arma química es una sustancia química tóxica dentro de un sistema de distribución, como puede ser una bomba o un proyectil de artillería. Pese a ser correcta desde el punto de vista técnico, una definición basada en este concepto únicamente englobaría una pequeña parte de los artículos prohibidos por la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ) como «armas químicas».
Con arreglo a la CAQ, la definición de arma química incluye todas las sustancias químicas tóxicas y sus precursores, salvo en los casos en que se utilizan para fines permitidos por la Convención en cantidades coherentes para el fin en cuestión.
Definición de armas químicas en tres partes
Los ejemplos de armas químicas, incluyen, entre otros:
- Armas químicas totalmente desarrolladas y sus componentes cuando se almacenen por separado (por ejemplo, municiones binarias).
- Sustancias químicas utilizadas para producir armas químicas (precursores).
- Sustancias químicas utilizadas para causar daños o la muerte de forma intencionada.
- Artículos con usos civiles pacíficos, cuando se utilicen o esté previsto su uso como armas químicas (artículos de doble uso).
- Municiones y dispositivos cuyo objeto es distribuir sustancias químicas tóxicas. .
- Equipos directamente relacionados con las municiones y los dispositivos antes mencionados.
La definición legal completa de arma química puede encontrarse en el artículo II de la Convención sobre las Armas Químicas.
Criterio general – Intención
Una sustancia química tóxica o precursor puede definirse como arma química, en función de su uso previsto.
Una sustancia química tóxica o precursor se define como arma química salvo que se haya desarrollado, producido, almacenado o empleado para fines que no están prohibidos por la Convención.
Cualquier sustancia química destinada a ser utilizada con fines de armas químicas, independiente de si está incluida de forma específica en la Convención o en sus anexos (incluidas las tres listas en las que se enumeran las sustancias químicas) se considera un arma química.
La CAQ no indica expresamente qué son «fines de armas químicas»,, pero si define aquellos que no están prohibidos por la Convención.
Principio de coherencia
Toda sustancia química tóxica que mantenga un Estado Parte de conformidad con el «principio de coherencia» debe producirse, almacenarse o emplearse para un fin legítimo, y su tipo y su cantidad deben ser adecuados a su fin «pacífico».
Definiciones relacionadas con la CAQ
Toxinas
Las toxinas son sustancias químicas tóxicas producidas por organismos vivos. Estas se consideran tanto armas químicas como biológicas cuando se utilizan en incumplimiento de la Convención.
Las toxinas son sustancias químicas tóxicas producidas por organismos vivos. Estas se consideran tanto armas químicas como biológicas cuando se utilizan en incumplimiento de la Convención.
El desarrollo, producción y almacenamiento de toxinas con fines de guerra están prohibidos por la CAQ y la Convención sobre las Armas Biológicas (CAB). Al igual que la CAQ, la CAB también requiere a los Estados Partes que poseen armas toxínicas que las destruyan.
Las toxinas se engloban dentro de la CAQ debido a que son sustancias químicas que pueden tener aplicaciones como armas químicas y que se ajustan a las definiciones arriba enumeradas de armas químicas y sustancias químicas tóxicas.
Toxinas sintéticas
Es posible sintetizar numerosos tipos de toxinas en laboratorios sin tener que cultivar los organismos que las producen en la naturaleza. Por otra parte, varias toxinas también son sustancias químicas sintéticas de doble uso, lo que significa que con arreglo a la CAQ pueden producirse en las cantidades requeridas para actividades legítimas.
Hay dos toxinas que se incluyen de forma explícita en la Lista 1, que son la ricina (producida naturalmente en las semillas de la planta de ricino) y la saxitoxina (producida de forma natural por las cianobacterias).
Antiguas armas químicas y armas químicas abandonadas
Las antiguas armas químicas se engloban en dos categorías: las producidas antes de 1925 y las producidas entre 1925 y 1946 que se hayan deteriorado den tal medida que no pueden ya emplearse como armas químicas.
Las antiguas armas químicas de la primera categoría pueden ser destruidas o eliminadas como residuos tóxicos de conformidad con la legislación nacional del correspondiente Estado Parte en cuanto la Secretaría de la OPAQ haya confirmado que fueron producidas con antelación a 1925.
Las armas que se engloban en la segunda categoría de antiguas armas químicas deben destruirse de conformidad con las mismas condiciones que otras armas químicas, aunque los plazos y el orden de destrucción pueden verse modificados, con sujeción a la autorización del Consejo Ejecutivo.
No obstante, todavía deben determinarse las directrices para determinar si las armas incluidas en esta categoría se han deteriorado de forma que ya no puedan ser utilizadas, aunque existen iniciativas en curso para hacerlo. Por consiguiente, la categorización de estas armas sigue siendo problemática.
Las armas químicas abandonadas son aquellas, incluidas las antiguas armas químicas, abandonadas por un Estado después del 1 de enero de 1925 en el territorio de otro Estado sin el consentimiento de este último.
Verificación de la destrucción de armas químicas antiguas y abandonadas