En la actualidad, son 193 los Estados comprometidos con la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ), lo que la convierte en el tratado internacional de desarme más exitoso cuyo objeto es eliminar una categoría completa de armas de destrucción en masa. Tan solo quedan cuatro países por unirse a la Convención
La CAQ constituye un instrumento jurídico eficaz y exhaustivo para erradicar las armas químicas; no obstante, el mundo no podrá confiar en que la química únicamente se emplea al servicio de la paz hasta que los pocos países que quedan fuera de la Convención asuman sus responsabilidades.
¿Por qué es importante la universalidad?
La universalidad constituye la base para lograr una prohibición completa y verificable de las armas químicas. Consolida la norma internacional que prohíbe el uso de este tipo de armas, refuerza el papel de la Convención como medida generadora de confianza, previene la proliferación y contribuye a negar el acceso a las armas químicas a agentes no estatales.
Mientras exista la posibilidad de que haya armas químicas en algún país, el mundo seguirá viviendo bajo la amenaza de que puedan ser empleadas. Solo si se logra la total universalidad pueden existir garantías a nivel mundial de que todos los arsenales químicos han sido declarados y destruidos.
Ventajas de pertenecer a la OPAQ
¿Cómo trabaja la OPAQ para lograr la universalidad?
La OPAQ y sus Estados Miembros siguen comprometiéndose con los Estados no Partes para demostrar el valor de la Convención y su contribución a la paz y la seguridad en el contexto regional e internacional. Estas actividades se guían por el Plan de Acción para la Universalidad de la Convención sobre las Armas Químicas de 2003.