Pese a que la Convención sobre las Armas Químicas fue diseñada principalmente para erradicar las armas químicas e impedir que vuelvan a resurgir, también recoge importantes disposiciones relativas a la promoción del libre comercio de sustancias químicas y el intercambio abierto de información y conocimientos sobre la aplicación pacífica de la química.
El Preámbulo de la Convención promueve estas actividades como ayuda para reforzar el desarrollo económico y tecnológico de todos los Estados Partes. No obstante, su artículo I prohíbe a los Estados Partes ayudar o alentar a otros por cualquier medio para que produzcan armas químicas. La Convención restringe la producción de numerosas sustancias químicas de «doble empleo», es decir, que puedan ser utilizadas tanto para la producción ilegal de armas químicas como para procesos químicos pacíficos.
Garantizar que se mantiene la prohibición sobre las armas químicas, al tiempo que se promueve y se facilita el intercambio pacífico de conocimientos y el comercio de sustancias químicas en apoyo al desarrollo de los Estados Partes, constituye un acto de equilibrio muy delicado. Esto demanda que la OPAQ y los Estados Partes colaboren en apoyo al desarrollo de la capacidad, al tiempo que luchan por la transparencia y la cooperación.
El desarrollo económico y tecnológico es muy importante para los Estados Partes y, por consiguiente, constituye una de las bases de la Convención. El artículo XI se refiere específicamente al desarrollo económico y tecnológico.
Se anima a los Estados Partes a cooperar en el ámbito internacional en el campo de la química, así como a intercambiar información científica y técnica sobre el ciclo de vida químico al completo, siempre y cuando sea para fines no prohibidos por la Convención. Estos «fines no prohibidos» se recogen en el artículo II, que incluye lo siguiente:
- los industriales, agrícolas, de investigación, médicos, farmacéuticos u otros fines pacíficos;
- fines de protección, es decir, los relacionados directamente con la protección contra sustancias químicas tóxicas y contra armas químicas;
- fines militares no relacionados con el empleo de armas químicas y que no dependen de las propiedades tóxicas de las sustancias químicas como método de guerra;
- mantenimiento del orden, incluida la represión interna de disturbios.
En el sentido más amplio, la OPAQ y los Estados Partes deberían colaborar para facilitar el desarrollo y el intercambio del conocimiento químico de forma que contribuyan a la paz y al desarrollo en los Estados Partes y entre estos. Para conseguirlo, la OPAQ ofrece formación y talleres específicos de apoyo al desarrollo de la capacidad y al intercambio de conocimientos en los Estados Partes, actúa como foro de consulta e intercambio de información y acomete proyectos para interactuar con audiencias más amplias y partes interesadas no tradicionales con el propósito de concienciar sobre la Convención sobre las Armas Químicas.
Promover usos pacíficos y seguros de la química
Las disposiciones de la CAQ deben aplicarse con eficacia y de forma estricta a fin de garantizar que se consigue prohibir las armas químicas en todo el mundo. Los programas de apoyo mejoran la capacidad de la OPAQ para comprobar las actividades prohibidas y extender los beneficios de los usos pacíficos de la química a todos.
La Secretaría tiene en marcha una serie de programas, servicios y proyectos que respaldan el intercambio de información, equipos y sustancias químicas, al tiempo que promueven el uso pacífico de la química..
Estas iniciativas reúnen a personas de todo el mundo para intercambiar conocimientos y prácticas, aprender sobre la Convención, establecer y promover relaciones y, en última instancia, respaldar la aplicación de la Convención y reforzar la prohibición de las armas químicas.
Estos programas se centran en la necesidad de reforzar el desarrollo económico y tecnológico por medio del desarrollo de la capacidad, facilitando el intercambio de sustancias químicas, equipos e información científica y técnica en el contexto del desarrollo y los usos de la química para fines que no están prohibidos con arreglo a la Convención.
Mejora de la capacidad de los laboratorios
A fin de incrementar la capacidad de los Estados Partes para aplicar íntegramente la CAQ, la Secretaría lleva adelante iniciativas para mejorar las capacidades técnicas de los laboratorios de química analítica en todo el mundo.
La OPAQ cuenta con su propio sistema de acreditación, a través del cual puede definir laboratorios «designados por la OPAQ» en todo el mundo. Esto significa que el laboratorio posee un alto nivel con relación a sus capacidades de análisis químico, como ha podido demostrarse mediante una serie de pruebas de aptitud organizadas por la OPAQ. Esta designación implica que el laboratorio puede recibir muestras para su análisis de las misiones de la OPAQ sobre el terreno y prestar apoyo directo a la experiencia científica de la labor de la organización. La Secretaría patrocina visitas de expertos a los laboratorios de los Estados Partes a fin de determinar, entre otros aspectos, medidas técnicas necesarias a largo plazo para ayudar a los laboratorios a cumplir los criterios que les permitan ser designados por la OPAQ.
El mismo tipo de asistencia se presta a los laboratorios que desean mejorar sus capacidades sin solicitar su designación por la OPAQ. Además de prestar apoyo para la formación del personal, las pasantías y la participación en conferencias científicas, la Secretaría puede ayudar al establecimiento de sistemas de garantía de la calidad o a la preparación de manuales sobre calidad.
La Secretaría puede prestar asesoramiento a los Estados Partes sobre las prácticas más idóneas y las tecnologías más apropiadas para destruir armas químicas, incluidas las antiguas o abandonadas, y sobre especificaciones técnicas y orientación en relación con el equipo de inspección. Los laboratorios e instituciones especializadas de los Estados Partes disponen también de diversos programas informáticos, y en particular de bases de datos y programas informáticos sobre química analítica que garantizan la seguridad de los datos de las declaraciones y permiten el intercambio de datos entre los Estados Partes y la OPAQ. La Secretaría apoya la formación del personal, las visitas a los laboratorios designados y las pasantías en laboratorios internacionales, incluido el Laboratorio de la OPAQ en Rijswijk (cercano a La Haya), que ha establecido una instalación de formación.